Fue un día muy especial - lo intuía desde que me desperté - flotaba en
el ambiente un halo mágico, sutil e inesperado.
Horas más tarde una serie de fenómenos naturales inusuales me
confirmaron que era así. A plena luz del día oigo, estupefacto, los reclamos
lastimeros de un joven de búho chico llamando en solicitud de alimento; la
primera vez que me ocurre en muchísimos años de campo. Cierro los ojos y
dirigido por el sonido localizo la zona posible del dormidero, y lo descubro
como una rama más del pino…..una verdadera iluminación cuando nuestros ojos se
encontraron y ambos disimulábamos la realidad del encuentro; él con los ojos
cerrados para no decantarse con sus ojos amarillos y yo observándolo al “rabillo
del ojo” y medio cejado. En ese instante mágico desapareció la tierra de mis pies
y el tiempo de mi reloj de bolsillo……..
Luz de la mañana,
en las ramos de un pino
¿quien me observa?.
Delicada descripción. Como merece el cuadro.
ResponderEliminarDelicada descripción. Como merece el cuadro.
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