lunes, 22 de diciembre de 2014

PÁJAROS




Los Herrerillos vienen en pequeños grupos familiares en constantes escaramuzas por obtener el mejor sitio y el mejor bocado, rápidos y pendencieros, colgándose de las ramas cuan columpios de plumas.
El Mosquitero canario, de filiación reciente- cosas de la genética- viene en solitario con su constante piido, como si tuviera la necesidad de ser localizado donde quiera que va.
Los Pinzones -nuevos por estos lares- con su vuelo azul, buscan piñones entre los pinos y el suelo de pinocha.
Por el rápido e incisivo toc-toc- toc...y por el fuerte aleteo que le precede, interpreto la presencia del Carpintero, que descama las ramas de los pinos en busca de los insectos xilófagos.
Los Jilgueros, en bandada, lejanos e invisibles si no fueran por sus reclamos finos y líquidos.
Los Canarios, con sus piidos de cohesión, de hierba en hierba, buscando semillas.
Los Cernícalos, celosos guardianes de su territorio, son los que me anuncian -con cambios en sus voces- de la amenazante presencia de la Aguililla, que sobrevuela el espacio en círculos veleros y de reconocimiento y que una vez descubierta, lanza sus lastimeros maullidos.
El Cuervo, como siempre serio y de riguroso luto, en deambular impenitente, pasa de largo.
La Cabecinegra con su potente reclamo, juega a dejarse encontrar entre las jaras..........Todos huidizos y poniendo terreno por medio ante mi intrusión, menos el Petirrojo, agrimensor del bosque, que no me tiene ni una pizca de respeto, y que se me queda cerquita, midiéndose con su pecho rojo, con el plumaje inflado a modo de abrigo futurista e inalcanzable por la cibernética, mirándome a media distancia e intrigado con el ceño fruncido como diciendo: pero .... ¡¡¿que hace este trols en mi territorio!?.Mientras, emite un penetrante reclamo…tics..tics...tics...que cuando el sol vespertino derrite en oro el paisaje, se alarga lánguido, como midiendo su reino.









El Petirrojo
desde el primer día
viene a ver quién soy….

No hay comentarios:

Publicar un comentario