viernes, 26 de diciembre de 2014

HIERBAS




   Después del sustrato primario que es la tierra, están ellas ; las sustentadoras de la vida y colchón de todas las criaturas:  minúsculas, ciclópeas, grandes, pequeñas, uniformes, desparramadas, bajas, esbeltas, perennes, caducifolias, estacionales, cíclicas, ásperas, sedosas, aéreas, subterráneas, trogloditas, rupícolas ….. hierbas…y más hierbas, agradecidas por las lluvias otoñales que visten de verde el paisaje y de alegría el alma.
   Plantas, árboles, matos,……. hierbas por doquier, en una fiesta exuberante cuan cuerno de la abundancia: por los caminos, las laderas, surgiendo de la pinocha, por los troncos de los árboles, en las fuentes, en las huertas abandonadas, en las piedras, en los resquicios de las paredes de piedra seca, en los tejados, en el aire, en el agua, en el sustrato…….
  Árboles gigantescos y firmes, que soportan sequías e incendios, regenerándose más tarde  por las suaves brumas cargadas de agua etérea; largas enredaderas de espinas, hirientes, en defensa propia, incluso más allá de su muerte; pequeñas briznas de hierbas desconocidas y sin nombre, pero que realizan su papel de forma anónima en el universo; hierbas sin hojas, sin flores, ni frutos, que surgen del suelo después de las lluvias y bajo la pinocha; plantas vestidas de un cachito de cada estación ……miles y miles de formas, colores y estrategias para sobrevivir…..
  Son la condensación de dos mundos complementarios, la tierra y el cielo, convertidos en alimento para insectos, pájaros y mamíferos y alimento del alma para el ser humano. 



Por la vereda
las gamonas se cubren
con el rocío.


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