martes, 9 de diciembre de 2014

ACERCAMIENTOS AMOROSOS.




La luz rasante del atardecer crea siluetas de estos cazadores del antifaz, salvajes y bravíos Alcaudones reales que comparan, orgullosos, sus garras de uñas aceradas  con los alambres de espino. Sus reclamos de amor celebran la inminencia del solsticio de invierno y con este el aumento de las horas de luz para sus razias cinegéticas en pro de un noble objetivo: el de perpetuar su especie, prolongando así su estirpe con una o dos polladas al año, siempre supeditadas a las lluvias de otoño e invierno.
Separados por un verano seco y estéril, han vivido solos, cada uno por su lado, como dos anacoretas silenciosos y aguerridos.
En esta época del año e impulsados por la lluvia, el verde y la luz de los días que se van dilatando, aparece el embrujo del implacable acercamiento amoroso que suaviza su carácter agresivo y hace audible su canto.
El macho en vuelo monocromo y rasante, recorre infatigable sus atalayas de balos, veneneros y paredes, lanzando sus reclamos de amor para las hembras, pero que se tornan en advertencia para los machos que osen acercarse a sus dominios. Las Currucas tomilleras, con sus  moñas conspicuas, lanzan también sus virtuosos trinos al aire; los sempiternos Cernícalos se van acercando poco a poco y se les ve en postes y tendidos mirándose embrujados, marcando los preludios de sus cópulas delirantes. En el horizonte crepuscular, una poderosa hembra de Halcón de Berbería juega a dejarse perseguir, en un vuelo fugaz como la muerte, por un grácil y delicado macho.......¡¡¡ La época de cría esta servida !!!







Los Alcaudones
acortando distancias
luz de atardecer







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